Corre, veloz como el viento en tempestad, corre agitando tus melenas despreocupada, apacible acompañada de esa sonrisa dulce en calma, dejando caer tu velo huracanado, y luego veo tu torso escarchado de topacio, dejando caer rocío de lluvia, cual ciego se deja guiar por la marca de sus huellas.
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